Atoan

noiz sortzen dugu ezagutza berria, bada, haserre gaudenean eta galderak egiten ditugunean. Galderarik egin ezean ezin da aurrera egin.

No es nueva, como anticipábamos, la importancia de la conversación con pares y/o expertos en la construcción del propio conocimiento. Lo que tal vez sí lo sea, es el alcance global que la red que construyamos de los mismos puede alcanzar.

Tienes toda la razón del mundo cuando dices que hoy en día es más fácil que nunca acceder a gran variedad de contenidos, sin embargo, sigue siendo igual de difícil crear unidades didácticas y programaciones coherentes a partir de ellos.

En enseñanza de lenguas, me gusta más trabajar en aprendizaje basado en tareas, porque, sobre todo en niveles iniciales, no tienen el mínimo para desarrollar un proyecto, y también porque a veces un proyecto puede resultar un poco repetitivo, sobre todo en lo que se refiere al vocabulario. Las tareas permiten agilizar las clases y llevar nuevas tareas dependiendo de las circunstancias. Por ejemplo, cuando los alumnos estudiantes de Erasmus quieren organizar una fiesta en su piso, trabajamos en clase las invitaciones que quieren poner en Facebook o el cartel que ponen en el portal de la casa para advertir a los vecinos (y que no llamen a la policía). Son microtareas que se construyen en una sola clase.

En mi opinión, los procesos de aprendizaje que se suelen caracterizar como formales e informales son de la misma naturaleza cognitiva, es decir que nuestro cerebro funciona igual en ambos. Por lo tanto, debemos buscar la diferencia en otro punto.
Lo que sí que cambia son las estrategias de aprendizaje que utilizamos y el sujeto que guía el proceso: el profesor o el currículum, o el propio estudiante.